martes, 30 de abril de 2013

Si pudiera pintarse el tiempo…

Si el remolino danzante
que forma el vacío en movimiento,
llevara consigo un pincel mágico
y en cada giro batiese el color al viento,
mis ojos serían, tal vez,
testigos del tiempo.

Vino el pájaro quedo
a matar al ego
con un simple picoteo.

Llegar temprano
donde nunca pasa nada
es una costumbre
vieja y absurda que no pierdo.

En tanto atrapo entre renglones,
lo que apurado y aturdido,
no se cuela del tiempo.