Si pudiera pintarse el tiempo…
Si el remolino danzante
que forma el vacío en movimiento,
llevara consigo un pincel mágico
y en cada giro batiese el color al viento,
mis ojos serían, tal vez,
testigos del tiempo.
Vino el pájaro quedo
a matar al ego
con un simple picoteo.
Llegar temprano
donde nunca pasa nada
es una costumbre
vieja y absurda que no pierdo.
En tanto atrapo entre renglones,
lo que apurado y aturdido,
no se cuela del tiempo.