¿Cuándo ves un espejo?
Cuando te ves.
Los espejos no existen por si.
Sólo son los reflejos
del mundo que deambulan por la nada, hasta encontrar un lugar para anclarse - el
ancla, bien nacida, es quietud- , pero la naturaleza de los reflejos es el
movimiento.
Vanos y antiguos los espejos, se alimentan de supersticiones
que les asignan poderes que en verdad no tienen. Son mera imitación de la luz y
el agua. Pero contrariamente a éstas, no tienen vida propia. Están llenos de
los que se les muestra y vacíos sin miradas.
Los reflejos tampoco están vivos, pero al menos contienen la energía necesaria
para bailar por el espacio hasta desvanecerse como pompas de jabón.
Son la efímera fotografía de un instante y el otro y el otro
–pura definición de eternidad-.
Y nosotros que ansiamos reconocernos en nosotros más que en los otros, multiplicamos
las anclas, en fútil intento de perdurar más que nuestros reflejos.