Instinto
versus intuición - O las postrimerías del feminismo
Instinto: del
latín instinctus – lo que te pincha y te instiga interiormente.
Intuición: del
verbo latino intueri – tener la vista
fija sobre algo, contemplar y ver con absoluta claridad.
Persona: del
latín máscara.
Cada vez más seres
humanos se llevan por el instinto, especialmente, pero no sólo, los hombres.
Violaciones,
violencia de género, abuso sexual agravado por el vínculo, asesinatos, trata de
personas.
Justamente se ha
perdido la “persona”, la máscara que prevenía al mundo del acecho de los
instintos, que traducía socialmente el sobrevivir, el reproducirse, el cazar…
Y la "persona"
se ha perdido porque cada vez menos se
desarrolla el córtex orbitofrontal en el ser humano, parte ésta del cerebro qu la
Dra Sue Gerhardt sintetiza así: "Cuando alguien tiene intensos
sentimientos de rabia o miedo o de deseo sexual, es el córtex orbitofrontal el que decide si una conducta es
socialmente aceptable y , en caso necesario, tiene la capacidad de suprimir los
impulsos en cuestión" pág. 50 El
amor maternal.
Dice también la
citada terapeuta que se forma gracias a la atención positiva de la madre entre
los 0 y 3 años de vida del bebe. Ella relata "observaciones en
niños huérfanos rumanos han mostrado que aquellos que no pudieron establecer
relaciones estrechas con un adulto debido a que nadie les sacaba de la cuna
durante todo el día, eran incapaces de establecer relaciones con las otras
personas y que en el lugar que correspondía al córtex orbitofrontal, había un
virtual agujero negro (Chugani y cols. 2001)", pág. 51.
¿Tu hijo tiene o
no tiene córtex orbitofrontal?, ¿va a poder el día de mañana preguntarse si
está bien avanzar sobre esa chica que le gusta aún en contra de la voluntad de
ella?, o ¿podrá empatizar con los sentimientos ajenos en general?.
Sí, la máscara, la
persona, formada en parte por una porción de nuestro cerebro, es la responsable
de contener al instinto y convertir al hombre en un ser social.
¿Cuándo resultaremos
una especie guiada por la intuición en lugar de dominada por el instinto?
¿Cuándo sabremos
o veremos con absoluta claridad, lo que consecuentemente nos dará el reconocimiento de eso que vemos y el respeto
inmediato?.
Somos mujeres
las que damos a luz violadores, abusadores y violentos. Y "dar a luz"
parece ser decir mucho en este contexto, por lo que nos quedaremos con que "parimos".
Tanto poder
tenemos, el Poder de la Creación. Dicen que costilla y poder creativo se
escribían igual. Para crear hay que estar, no se puede crear por encargo. Por
lo menos un ratito más que nueve meses.
Los hombres que no respetan nuestros derechos
no vienen de Marte y nosotras de Venus, como reza ese título tan gracioso pero
estigmatizante.
Somos nosotras
quienes los criamos… o la problemática
clave y dolorosa verdad es que son las guarderías, los colegios, las señoras a
las que les pagamos y no para ser madres, que eso no tiene precio. A todos
ellos les pagamos para que los contengan y les den de comer y obviamente los traten bien.
¿Pero
amor?, eso es otra cosa.
Saben
perfectamente los científicos que las mamás deberían estar como mínimo un año
en su casa criando a sus hijos, pero ¿qué empresa pagaría sus investigaciones
si se acepta que deben darle a sus empleadas, mínimamente, un año de licencia
por maternidad?
Y las abuelas, ¿dónde
están las abuelas que criaban amorosamente a sus nietos? Son mujeres económicamente
activas, que tampoco obtienen su jubilación hasta edades en las que los nietos
ya están hechos.
Estamos en presencia de un fenómeno que se manifiesta
plenamente después de 30 años de hacerse extensivo.
Los hombres no
tienen límite (las mujeres tampoco), ya no se trata de las separaciones, de las
familias disfuncionales o de las nuevas formas de ellas.
No hay familia,
como espacio y referente amoroso de un grupo social básico.
Las casas están
vacías la mayor parte del día.
Se trata pura y
exclusivamente de que nuestros cachorros son en general amamantados por vacas y
criados por instituciones.
El amor se da un
par de horas al día como mucho, entre hacer las compras, las cosas de la casa,
y nosotras mismas, agotadas por todo y especialmente por la culpa, porque en el
fondo lo sabemos bien. Intuitivamente lo sabemos bien.
Así los hacemos
grandes, ¿pero los hacemos personas intuitivas, que pueden ver las necesidades
del otro y respetarlas?
Desarrollar esa
intuición es una necesidad imperante, para sanar, y sanarnos como raza.
Despareció el
miedo en la educación con eso tan negativo, como el respeto “porquesí”, pero en
su lugar no pusimos el tiempo amoroso que permite el desarrollo de este cerebro
evolucionado que sólo tenemos los humanos y que
se completa fuera del vientre. En
su lugar no pusimos nada.
Sólo queda
instinto animal, sólo queda cerebro animal. Un banal "agujero negro".
No pueden ver
las consecuencias de sus actos por que no pueden crear empatia con sus
víctimas, porque sencillamente no tienen con qué.
La sociedad de
consumo, una falsa idea de liberación, y un movimiento feminista dirigido por
intereses económicos, sacaron a la mujer de la casa. No nos dimos cuenta que
también nos sacaban de nuestros hijos y nadie conocía las consecuencias de
esto, y pasarán unos cuantos años hasta que lo que ya se sabe, se extienda y se haga carne nuevamente en
nosotras, las mujeres, las responsables de la especie.