Los abrazos largos,
los suspiros profundos.
Alguna que otra lágrima
rodando discreta por la mejilla.
Mucha llamada de larga distancia,
y correos electrónicos esporádicos.
Se puede convivir a la distancia,
se puede compartir, aunque sea
la eventualidad de la palabra.
Con castillos en el aire,
conclusiones fallidas,
mucha nostalgia,
demasiada…