lunes, 11 de julio de 2016

Instinto versus intuición - O las postrimerías del feminismo

Instinto: del latín instinctus – lo que te pincha y te instiga interiormente.
Intuición: del verbo latino intueri – tener  la vista fija sobre algo, contemplar y ver con absoluta claridad.
Persona: del latín máscara.
Cada vez más seres humanos se llevan por el instinto, especialmente, pero no sólo, los hombres.
Violaciones, violencia de género, abuso sexual agravado por el vínculo, asesinatos, trata de personas.
Justamente se ha perdido la “persona”, la máscara que prevenía al mundo del acecho de los instintos, que traducía socialmente el sobrevivir, el reproducirse, el cazar…
Y la "persona"  se ha perdido porque cada vez menos se desarrolla el córtex orbitofrontal en el ser humano, parte ésta del cerebro qu la Dra   Sue Gerhardt sintetiza así:  "Cuando alguien tiene intensos sentimientos de rabia o miedo o de deseo sexual, es el córtex  orbitofrontal el que decide si una conducta es socialmente aceptable y , en caso necesario, tiene la capacidad de suprimir los impulsos en cuestión" pág. 50  El amor maternal.
Dice también la citada terapeuta que se forma gracias a la atención positiva de la madre entre los 0 y  3 años de vida del  bebe. Ella relata "observaciones en niños huérfanos rumanos han mostrado que aquellos que no pudieron establecer relaciones estrechas con un adulto debido a que nadie les sacaba de la cuna durante todo el día, eran incapaces de establecer relaciones con las otras personas y que en el lugar que correspondía al córtex orbitofrontal, había un virtual agujero negro (Chugani y cols. 2001)", pág. 51.
¿Tu hijo tiene o no tiene córtex orbitofrontal?, ¿va a poder el día de mañana preguntarse si está bien avanzar sobre esa chica que le gusta aún en contra de la voluntad de ella?, o ¿podrá empatizar con los sentimientos ajenos en general?.
Sí, la máscara, la persona, formada en parte por una porción de nuestro cerebro, es la responsable de contener al instinto y convertir al hombre en un ser social.
¿Cuándo resultaremos una especie guiada por la intuición en lugar de dominada por el instinto?
¿Cuándo sabremos o veremos con absoluta claridad, lo que consecuentemente nos dará el  reconocimiento de eso que vemos y el respeto inmediato?.
Somos mujeres las que damos a luz violadores, abusadores y violentos. Y "dar a luz" parece ser decir mucho en este contexto, por lo que nos quedaremos con que "parimos".
Tanto poder tenemos, el Poder de la Creación. Dicen que costilla y poder creativo se escribían igual. Para crear hay que estar, no se puede crear por encargo. Por lo menos un ratito más que nueve meses.
 Los hombres que no respetan nuestros derechos no vienen de Marte y nosotras de Venus, como reza ese título tan gracioso pero estigmatizante.
Somos nosotras quienes los criamos…  o la problemática clave y dolorosa verdad es que son las guarderías, los colegios, las señoras a las que les pagamos y no para ser madres, que eso no tiene precio. A todos ellos les pagamos para que los contengan y les den de comer y  obviamente los traten bien.
¿Pero amor?,  eso es otra cosa.
Saben perfectamente los científicos que las mamás deberían estar como mínimo un año en su casa criando a sus hijos, pero ¿qué empresa pagaría sus investigaciones si se acepta que deben darle a sus empleadas, mínimamente, un año de licencia por maternidad?
Y las abuelas, ¿dónde están las abuelas que criaban amorosamente a sus nietos? Son mujeres económicamente activas, que tampoco obtienen su jubilación hasta edades en las que los nietos ya están hechos.
 Estamos en presencia de un fenómeno que se manifiesta plenamente después de 30 años de hacerse extensivo.
Los hombres no tienen límite (las mujeres tampoco), ya no se trata de las separaciones, de las familias disfuncionales o de las nuevas formas de ellas.
No hay familia, como espacio y referente amoroso de un grupo social básico.
Las casas están vacías la mayor parte del día.
Se trata pura y exclusivamente de que nuestros cachorros son en general amamantados por vacas y criados por instituciones.
El amor se da un par de horas al día como mucho, entre hacer las compras, las cosas de la casa, y nosotras mismas, agotadas por todo y especialmente por la culpa, porque en el fondo lo sabemos bien. Intuitivamente lo sabemos bien.
Así los hacemos grandes, ¿pero los hacemos personas intuitivas, que pueden ver las necesidades del otro y respetarlas?
Desarrollar esa intuición es una necesidad imperante, para sanar, y sanarnos como raza.
Despareció el miedo en la educación con eso tan negativo, como el respeto “porquesí”, pero en su lugar no pusimos el tiempo amoroso que permite el desarrollo de este cerebro evolucionado que sólo tenemos los humanos y que  se completa fuera del vientre.  En su lugar no pusimos nada.
Sólo queda instinto animal, sólo queda cerebro animal.  Un banal "agujero negro".
No pueden ver las consecuencias de sus actos por que no pueden crear empatia con sus víctimas, porque sencillamente no tienen con qué.

La sociedad de consumo, una falsa idea de liberación, y un movimiento feminista dirigido por intereses económicos, sacaron a la mujer de la casa. No nos dimos cuenta que también nos sacaban de nuestros hijos y nadie conocía las consecuencias de esto, y pasarán unos cuantos años hasta que lo que ya se sabe,  se extienda y se haga carne nuevamente en nosotras, las mujeres, las responsables de la especie.