Qué peor para un escritor que el
silencio. Que la mente callada, quieta…
Espacio inevitable para la
creación, sin embargo, esta vacuidad de quita y pon…
El necesario desacuerdo para
impulsar el péndulo, la energía del ser no ser que genera el conflicto y con él
el nuevo universo que representa la idea.
La nada bucea en la nada y se
funde y confunde, movimiento de ola genera por fin y libera así su nueva
expresión.
Al detenerme en el momento
presente sustento esa nada y me pierdo, a veces observando mis manos, el cuadro
detrás de la ventana, otras ni siquiera se qué.
Pero vuelvo, siempre vuelvo a la
palabra. Las hilo como en una rueca que va tejiendo las hebras. Frases que
expresan con mayor o menor fidelidad lo sentido, lo cavilado.
Maravilloso mundo, curioso mundo,
sin límite alguno, más veloz que la luz, más efímero y al mismo tiempo más
contundente que el cosmos mismo. Comprendo por fin cabalmente la primer ley del
Kybalión "Todo es mente, el Universo es
mental".
Nada, nada, entra ni sale del
mundo material sin antes pasar por el espiral del pensamiento.