miércoles, 13 de abril de 2011

Arroz con leche

El arroz con leche que nos regresa a la niñez,
el que nos devuelve la maternidad.
El arroz con leche que funda, a fuego lento,
la abuela en el alma.
A la postre,
el retorno a la uterina cueva del milagro milenario,
del inolvidable, majestuoso,
aroma de la infancia del tiempo.



El monstruo de la grapa

Se decía por ahí que cuando la hoy capital del estado era un pueblo tan, pero tan pequeño, que ni siquiera los mapas se acordaban de su existencia, dormía en sus rincones un pequeño ser de dudoso origen, que sólo se mostraba ante los poco virtuosos.
Claras descripciones habían hecho de él algunas mujeres que trabajaban en el único club nocturno del lugar y borrachos que deambulaban por los bares y solían dormir “la mona” en los portales aledaños.
“Tiene tres cabezas humanas, cuatro patas de lobo  y cola de zorro”, decían.
“Habla apenas con un gruñido, pero se le entiende cuando pide grapa, en la oscuridad de las trastiendas”.
Tal la calaña de los que podían verlo, que con el tiempo, el crecimiento del pueblo y esas cosas tan humanas de querer parecer lo que no se es, comenzaron a negarlo las prostitutas para ser más señoras, y así sucesivamente, hasta que de tanta negación, dejó de existir.
Aunque circula una versión en los bares de los arrabales que dice que las botellas de grapa se vacían solas por las noches…
La ciudad es esta…¿acaso nunca has visto nada parecido entre las sombras?

lunes, 11 de abril de 2011

Si pudiera irme….

Si tan solo fuera a morirme…
Tal como dejar el vestido sobre la cama
para irme a dar una ducha.

Si tan solo soltara el prendido cuerpo
como desabrochando un par de botones grandes.

Si el color y la materia dispusieran la retirada,
como se pierden a diario,
en sombras, despacio al atardecer.

Si fuera tan sublime y sencillo como decir amor…
El adiós gestaría infinito placer
y sabor de acaramelado retorno.

Como en un viaje corto: ni lágrimas ni pañuelos,
Sólo algún afectivo abrazo y un quedo hasta luego…

martes, 5 de abril de 2011

Remozado Ser y No Ser

Yo no me imaginé y al mismo tiempo me inventé.
Soy producto efímero de la potencialidad pura.
Podría no haber sido pero fui.
Soy esa chispa de la gran hoguera
y soy la hoguera de mis pequeñas chispas.
Producto de la incertidumbre y la decisión.
Involuntariamente encerré la libertad
en el libre ámbito de mis opciones.
Discurrí por la vida como un fantasma de vidrio,
me cuesta creer, entonces, que puedo Ser.
Aún me duele comprender que de mí dependía
por ello después del duelo, si lo recuerdo, SERE.

Siempre es Primavera

Puedo sentir al mismo tiempo
el otoño y la primavera,
el verano y el invierno.
Todo está en mí como en el Planeta.
Dejé la primavera asomando
y luego la encontré en último suspiro
escapando tras Febo.
Siempre florecen cerezos
en algún lugar.
Se prepara un campo
para recibir las hojas caídas,
y el otro las expulsa verdes y rejuvenecidas.
Son las mismas flores,
son las mismas hojas.
Energías girando resueltas
por el planeta.
Ficción de muerte y renacimiento.
Sinfonía circular y eterna.