miércoles, 11 de diciembre de 2013

Desde la trágica construcción del ser, irradiada desde el vertebral centro, hasta culminar en la primer inhalación, el humano se compone del celular vacío.
A partir de allí, todo es expansión.

Recuerdo de aquella que fui, el eco lejano que dejó resonando el último latido.

viernes, 6 de diciembre de 2013

La danza de la muerte

Vas y vienes, sentenciando despidos,
idas sin vuelta.
Tan sólo a veces rozas, amenazas y sigues…
El color de la despedida teñido de ausencia.
Tú en silencio eterno y
todos llorando, pidiendo clemencia.

Ángel del Adíos, seamos amigos…
bailemos la danza, tu danza, mi danza,
tu de tu lado, yo del mío,
y prometo no temerte, no huir,
sólo bailar contigo, hasta que el cansancio me rinda,
y mis pies pierdan el ritmo de la vida,
entonces y sólo entonces podrás llevarme,

quieta y laxa hasta tu casa…







jueves, 7 de noviembre de 2013

Qué peor para un escritor que el silencio. Que la mente callada, quieta…
Espacio inevitable para la creación, sin embargo, esta vacuidad de quita y pon…
El necesario desacuerdo para impulsar el péndulo, la energía del ser no ser que genera el conflicto y con él el nuevo universo que representa la idea.
La nada bucea en la nada y se funde y confunde, movimiento de ola genera por fin y libera así su nueva expresión.

Al detenerme en el momento presente sustento esa nada y me pierdo, a veces observando mis manos, el cuadro detrás de la ventana, otras ni siquiera se qué.
Pero vuelvo, siempre vuelvo a la palabra. Las hilo como en una rueca que va tejiendo las hebras. Frases que expresan con mayor o menor fidelidad lo sentido, lo cavilado.

Maravilloso mundo, curioso mundo, sin límite alguno, más veloz que la luz, más efímero y al mismo tiempo más contundente que el cosmos mismo. Comprendo por fin cabalmente la primer ley del Kybalión "Todo es mente, el Universo es mental".


Nada, nada, entra ni sale del mundo material sin antes pasar por el espiral del pensamiento.  

miércoles, 2 de octubre de 2013

LAS HORAS ETERNAS

Sentadas en corro se les puede ir preguntando de a una, para hacer una encuesta de nivelación:

Sin son de quince: 1. nivel de estudios, 2. nivel de la falda, 3. nivel de novios, 4. nivel de independencia de la familia, 5. nivel del pelo, 6. nivel de cadera, 7. nivel de busto.
Resistencia al nivel de:  alcohol en sangre.
Nivel de tolerancia al tiempo: “el sábado a la noche salgo”.

Si son de treinta y cinco: 1. Nivel de estudios, 2. Nivel de trabajo, 3. Nivel de pareja, 4. Nivel de independencia de la pareja, 5. Nivel del pelo, 6. Nivel de cadera, 7. Nivel de busto.
Resistencia al nivel de: relaciones sexuales.
Nivel de tolerancia al tiempo: “no tengo un minuto para mi”.

Si son de cincuenta y cinco: 1. Nivel de memoria, 2. Nivel de trabajo, 3. Nivel de pareja, 4. Nivel de hijos, 5. Nivel de independencia de ambos, 6. Nivel de canas, 7. Nivel de cadera, 8. Nivel de panza, 9. Desnivel de busto.
Resistencia al nivel de: los calores de la edad.
Nivel de tolerancia al tiempo: “No tengo tiempo para nada”.

Si son de setenta y cinco: 1. Nivel de memoria, 2. nivel de conciencia, 3. nivel de contención, 4. nivel de contacto con la familia, 5. Nivel de pelo (cantidad por centímetro cuadrado), 6. Nivel de audición, 7. Nivel de visión, 8. Nivel de tensión arterial, 9. Nivel de azúcar en sangre.
Resistencia al nivel de: el escalón de la entrada.
Nivel de tolerancia al tiempo: “nadie tiene tiempo para mi”

Si son de ochenta y cinco o más:
Resistencia al nivel de: la soledad.
Nivel de tolerancia al tiempo: “las horas se me hacen eternas”

Son las mismas mujeres, a través de la efímera vida, fotografiadas en diferentes instantes para extraer lo que se considera fundamental en cada uno de ellos y se relativiza totalmente al siguiente.
Ninguno de los grupos comprende al siguiente hasta que lo atraviesa, o sea hasta que es demasiado tarde.
¿Qué es lo único importante de principio a fin?: despreocuparse y disfrutar. Si en cualquier momento de esta historia nuestra, personal, única, lo comprendemos y lo ponemos en práctica, habremos salvado la cosecha.

Como dicen por ahí, venimos solos y solos nos vamos…pero ¡cuán grandioso puede ser el interludio!.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Juan Clave


Para empezar a cobrar el sueldo por cajero automático, Juan se vio ante la insólita novedad de tener que habilitar una clave de cuatro dígitos. Era hasta satisfactorio tener un número privado para acceder a algo tan preciado. Pensó en el año de nacimiento del primogénito o el día y el mes de la niña . Tal vez la fecha de casamiento. Tanto pensó para no discriminar a ninguno de sus dos hijos que optó por el día de nacimiento de cada uno: 16 por el varón, 01 por la nena: 1601 era su gran clave de acceso al  dinero del su haber mensual.
En cuanto tuvo su PC en la oficina le pidieron que colocara una clave de seis dígitos para reservar toda su información: juan55 (no será original pero es la cantidad requerida)
Al poco tiempo se compró un teléfono celular. Relindo, toda una novedad para el, pero en realidad ya estaba comenzando a masificarse. Resulta que el “celu” le pedía una clave de bloqueo, entonces no se le ocurrió mejor idea que usar ahora los meses de nacimiento de sus hijos: 10 y 08: 1008 para el celular, 1601 para el cajero.
Cuando recibió su primer mensaje, excitado quiso escucharlo, pero una voz monocorde le pidió la clave. Sin comprender siguió todos los pasos que le pidieron y quiso poner la misma que para el bloqueo, pero la voz le dijo nones, debía ser diferente, bueno a la apurada su año de nacimiento: 1955. Cuando logra llegar al mensaje: “beeep…silenció….no tiene más mensajes, para escucharlo nuevamente presione 1…”
¡Qué chasco! estaba vacío…pero ya tenía tres claves: 1601, 1008 y 1955, eran fáciles de recordar…
La novedad comercial era que la tarjeta de débito se podía usar para compras, así que lo intentó. Señor marque su clave, le pidió la vendedora extendiéndole un aparatito, Juan marcó 1601, la chica le retiró el aparato, se quedó mirándolo y le dijo: me da error, márquela de nuevo. Error otra vez. Pero estoy seguro que es la clave del cajero. “No señor, la clave para pagar es distinta a la de sacar plata”. “Peló” avergonzado su billetera y pagó en efectivo. Menos mal que tenía encima.
En la oficina averiguó como era. En el cajero, en la tecla claves, luego obtención de claves, después pagos por débito, entonces digitó el año de nacimiento de su esposa: 1960 (dos veces). Pero al salir de esa opción le apareció un cartelito que lo conminaba a seleccionar una clave alfabética, entonces, así sólo frente al aparato y con una cola de cinco personas resoplando detrás, se hizo la gran pregunta: ¿que mierda pongo que después me acuerde?, má si, pongo el inicio del nombre de mi señora “SIL” -en continuo homenaje a la cónyuge-.
Salió apurado y colorado, dudando un poco de haberlo hecho bien. Caminando cabizbajo hizo un repaso mental: 1601, 1008, 1955, 1960 y SIL. Sospechó que tenía que empezar a anotar todo esto, así que cuando llegó a su casa tomó una vieja libretita y prolijamente dejo las claves asentadas.
Un par de meses después no recibió el resumen de su tarjeta por correo por lo que llamó al banco. Una nueva voz monocorde le indicó que debía tener una clave telefónica para poder operar, sin embargo en la opción décimo quinta estaba la posibilidad de hablar con un operador así que durante un buen rato escuchó “lo sentimos, todos nuestros operadores están ocupados en este momento”, hasta que surgió la voz humana. “Señor le voy a hacer unas preguntas y luego le voy a pasar para que cree su clave telefónica para operar” Yo sólo quiero saber el monto y la fecha de vencimiento de la tarjeta por que no recibí el resumen. “Si señor, entendí, pero le formulo unas preguntas y luego le paso, tenga en cuenta que la clave es válida sólo por un día, luego debe ir al cajero y sacar una en claves, opción banca telefónica. Después de varios datos, le pasó al disquito de nuevo, colocó 1234 (para hacerlo fácil), pero el sistema le dijo que no podían ser números correlativos, entonces puso su día y mes de nacimiento 0405, y así pasó a la información y pudo ir a pagar la tarjeta por cajero automático. Pero al hacer la clave para banca telefónica tuvo que cambiar la ya usada y en un destello de inteligencia la dio vuelta  0504 -bien yanqui mes y día del natalicio-.
Comentándolo en la oficina, un compañero le sugirió que hiciera una clave de homebanking para poder pagar todo desde su casa.
Para eso tenía que hacer lo que venía postergando aún ante la insistencia de sus hijos.
Se tenía que comprar la computadora. Un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer, se dijo, y la compró nomás.
Clave de acceso: vaah, la misma que en la oficina, total qué saben: juan55.
La del homebanking ya es otra cosa, seis dígitos, es para pensarla: 195505 (mes y año de nacimiento, bien). Eso en el cajero, pero cuando llegó a la compu en casa le pide usuario, ¡qué se yo! murmura: Mateos, bien ahora la clave que obtuvo en el cajero, y el le dice: “debe actualizar su clave”, bien, a ver “Lauras”. Pero surge el mensaje: “La clave debe ser alfanumérica”, bien… Laura1, sigue la máquina: “clave de seguridad baja”, LAUra1. ¡¡¡¡Por fin….!!!!..Quien se puede acordar de esto, entonces Juan anota todo prolijamente, sin sospechar que a “Mateos” lo empezó con mayúscula. Ya lo penaría.
Con el último aumento de sueldo Juan debe presentar declaración jurada de Bienes Personales, así que necesita una clave fiscal de cuatro dígitos, igual que para vender la “bici” vieja de Mateo por Internet, o consultar la factura del celular, o la SUBE, porque le parece que el último colectivo que tomó le “comió” crédito y además ahora tiene mail y la primer dirección que quiso sacar estaba usada y la segunda y la tercera, así que quedó JUA_%%&55@....., menos mal que la clave fue más fácil: silvia.
Justamente Silvia se enteró por una amiga que se pueden cambiar los puntos de la tarjeta, entonces le pide a su marido que entre al sistema para consultarlos. Juan, seguro de tener las claves necesarias, entra decidido a la computadora, clave principal, clave secundaria nueve dígitos, telecódigo cuatro dígitos. ¿Y si no cambias puntos?, “pero Juan dicen que hay unas cosas bárbaras”. Llega a ver los puntos, los relaciona con los premios y le da para un baucher de $20 a cambiar en un negocio de electrodomésticos, ¡pero eso no alcanza para nada!, bueno quizás en un par de meses llegamos a un tostador eléctrico, “si vendría bien, ¿no?”, sale del sistema con dos claves más que sospecha que no volverá a usar…
La suma de modernosos elementos personalizados, los equívocos en el tipeo, que obligan a renovar las claves una y otra vez, los continuos pedidos de actualización propios de las empresas, llenaron la libreta de tachones y el espíritu de Juan de un cansancio raro, ese cansancio con ganas de llorar…
Estaba agotado de horas de contestadores automáticos, sistemas lentos o colgados, accesos denegados, y una exigencia mental por encima de lo necesario para sobrellevar esta “nouvelle époque” que nos prometió la tecnología para tener más tiempo para disfrutar de la vida.

jueves, 19 de septiembre de 2013

LA VERDAD

El lápiz de la VERDAD yacía sobre la mesa deseoso de una mano que lo sostuviese. El libro a su lado, laxo, dormido –que había nacido como cuaderno, pero a fuerza de ser ocupado, alcanzó la máxima categoría de libro- parecía sin vida.
La habitación permanecía en absoluto silencio,  sólo una pequeña lámpara luchaba contra las sombras.
El lápiz ansiaba una mano, izquierda o derecha, no importaba demasiado, porque su misión se veía truncada sin ella. Llamó al libro, pero éste no acusó oírlo.
-¿Que te pasa? ¿acaso ya no tienes páginas para mi?. ¿ya estás pleno, satisfecho?
Lo gritó con tal fuerza que al pobre cuaderno no le quedó más remedio…
-Siempre habrá un espacio para ti, amigo, ¿pero es que no se puede dormir un poco?
-Estoy ansioso…
-Claro, si no se nota hombre…
-Sabes que no puedo hacer otra cosa que dibujar la verdad y tu has sido un maravilloso lugar donde hacerlo, sin embargo desde que el fulano se ha cansado….
-Pero si me mostró hasta el agotamiento y nadie más quiere verme…
-Ábrete y veremos…
El cuaderno-libro hizo un ingente esfuerzo para levantar la tapa de roca y quedar expuesto en una página aún en blanco.
El lápiz no podía en sí de alegría. -Le vamos a dar una lección a ese cobarde, ya va a ver-decía.
Se balanceó sobre su punta como en un columpio, hasta lograr el equilibrio necesario.
Monto al cuaderno y comenzó a moverse como un verdadero experto sobre el papel.
-Espera un poco, pidió el cuaderno, me duele tanto trazo fuerte. Además quisiera saber que dibujas.
-La verdad de nuestro dueño: una gallina. El creía que sería admirado, querido, por dibujar la verdad, y cuando no fue así renunció, nos condenó al ostracismo, a la oscuridad. ¿quién quiere saber la verdad? A nadie le gusta la verdad. Pero alguien debe mostrarla, decirla… y si él anda llorando por los rincones, nuestro deber es recordarle quienes somos. No meros instrumentos de su mano, somos servidores de un creador superior. Y él? cococo, cococo; no es más que una gallina temerosa por no ser querida y aplaudida…. No merece el don…
- Bueno, bueno, que somos de la familia, a mi no me escribas en ese tono…
-Está bien, si no quieres una gallina, llevémoslo a votaciones.
-Pero si somos dos…
Se abrió la puerta del cuarto y se hizo silencio, salvo por el lápiz que golpeó la mesa al caer con toda su "humanidad".
El joven se les acercó no pudiendo dar crédito a sus ojos: media gallina lo observaba desde el cuaderno, batiendo un ala y unas letras sueltas:? CO? A? D E… ? ?
Sacudió la cabeza, frunció el ceño y le nació una punzada de dolor desde lo más hondo, porque no podía ignorar, que fuere lo que fuese, era la VERDAD

martes, 6 de agosto de 2013

¿Qué clase de Dios?

¿Qué clase de Dios idea un planeta con seres que para sobrevivir se deben comer unos a otros?
¿O es acaso que el acto de devorar a otro ser vivo no es tan malo como a mi me lo parece?
Comer una flor, incorporarnos su belleza, es hacer desaparecer el color y el perfume del planeta para, atravesando nuestras fauces, convertirla en hedionda materia.
Además es evitar que su polen fertilice y procree…
Equilibrio le llaman algunos para justificar la masacre.
¿Qué clase de equilibrio sería necesario ante semejante inteligencia de la creación?
Tenemos el grano que cae, la fruta madura, pero sin duda su función es la reproducción de su especie no de la nuestra (sic) .

Y sin embargo sólo ellas viven de la tierra y del agua. Sólo la mayoría de los seres inmóviles, aunque no todos, esperan pacientes el alimento y si no llega sucumben perfectos hasta su reintegración a la tierra.

Pero los andantes, nosotros entre todos, autoproclamados reyes de la creación, devastamos, considerando que todo está ahí por derecho propio….Y nos aqueja el hambre y nos quejamos del hambre que nos aqueja y devoramos cuanto hay a nuestro alrededor…
Y desarrollamos el gusto por lo tierno, por lo blando y eso es siempre y sin duda lo pequeño, lo recién nacido y hasta lo nonato.
Sí, comemos criaturas: brotes o terneros, es lo mismo y nos gustan y los disfrutamos especialmente.
Interrumpimos el desarrollo de la vida y cuanto antes mejor…
Sé que no somos sólo los humanos, pero llevamos la cruenta ventaja…

Así nos hicieron, así nos criaron, así lo tenemos incorporado tan naturalmente que ni dudamos. La “panza” clama, el instinto responde y alguien muere inevitablemente, “hecho mierda” sin eufemismos, para que el cuerpo descanse.
Se que el cuerpo el es templo del alma, se que hay que honrarlo y el alimento es la esencia de esta honra pero…
  ¿Qué clase de Dios idea un planeta con seres que para sobrevivir se deben comer unos a otros?

viernes, 2 de agosto de 2013

Ganar el Juego

La Divinidad abruma
sacude mi entrecejo
y es honorable hasta donde puede
sin perder el juego.
Ahora bien, cuando siente el desvío
pierde la paciencia y la honorabilidad
para retomar el control.
La obra es estricta,
necesariamente hilvanada en un collar
de perlas divinas.

martes, 18 de junio de 2013

¿Qué nos hiciste Mangeri? cuento de Gloria Antón


Hace unos quince años enganché el laburo de la portería.
Desde entonces mi vida desordenada  y nómade se organizó con rutinas de horarios, saludos y tareas.
Después de haber cortado caña en Tucumán desde los seis años, y algodón del Chaco desde los doce y tantas otras burradas a las que sometí a mi cuerpo, mal comido o mal dormido muchas veces, barrer un poco, sacar la basura y resolver los problemas de cueritos de alguna que otra canilla eran una nada.
Dormir todas las noches en cama blanda, con techo de yeso en lugar de estrellas (o nubarrones como tantas veces), comer a diario una comida bien hecha que da ganas de ser comida y una cantidad de guita cada fin de mes, me habían convertido en un “bacán”.
Llevaba dos heridas en mi vida que no podía sanar, una era la de mi vieja a la que nunca le pude dar algo parecido a lo que yo tengo ahora. La pobre nunca salió del rancho más que para trabajar de sol a sombra y se murió encorvada a los cincuenta como si tuviera ochenta, y la otra es la de la Celia, la única mina que me bancó cuando todavía daba tumbos de changa en changa y vivíamos en pensiones que cambiamos cada vez que se acumulaba la deuda y no nos aguantaban más. Ella si me aguantaba, ella era de fierro.
Llegó a conocer este departamento, pero lo disfrutó poco, menos de un año. Tanta comodidad la asustó y el corazón no le aguantó. Se me murió en los brazos, fue la única vez que no me dio el gusto. Le rogué que no se fuera, que no me dejara, pero se murió igual.
Me costó, pero la obligación diaria, los vecinos, los amigos de la cuadra, Pancho el de los diarios, Luis el sifonero y Juan el del bar de la esquina me ayudaron mucho.
Pero por sobre todo me ayudó Marita.
La del primero D,  Alicia, sufría  las palizas del marido. La fajaba siempre, pero más cuando estaba embarazada. El tipo era un cobarde,  cuando nació Marita no se bancó que le dijeran que no iba a poder caminar nunca por algo en la cadera, culpa de las palizas que le daba a la mujer.
Por un lado fue bueno que se fuera, por lo menos esta mina empezó a vivir en paz.
Cuando Marita  tenía tres años, a Alicia la echaron del laburo y no le pudo pagar más a la chica que le cuidaba la nena. Después  le ofrecieron laburar en un hotel como telefonista de noche, y se le complicó.
Cuando me lo contó llorando, me dio no se qué, entonces me ofrecí, “mirá” le dije, “yo por las noches duermo, si ella también duerme la podes dejar en casa.
La miro, le doy de comer lo que vos me dejes y le hago la leche a la mañana”.
“Usa pañales”  me dijo con miedo y secándose las lágrimas.
¡Que se yo!… yo no había puesto un pañal en mi vida, pero no la podía dejar en la estocada. “Si me enseñás la cambio”.
De esto hace cinco años. Marita sigue sin caminar pero la llevamos al baño con la silla de ruedas y se arregla sola.
Es la luz de mis ojos. Espero que si Alicia se engancha con alguien no se vayan.
Soy el padrino de ella y también si yo me llego a juntar con una mina, quiero que entienda que me siento, no como el padre, pero si como el tío de la piba.
Con la madre cero onda, no es que no lo haya pensado, pero no puedo evitar compararla con Celia y no me da…
Ayer a la mañana estábamos en el departamento de Alicia y yo la ayudaba a levantar a la nena para pasarla a la silla de ruedas,  porque los sábados la lleva a masajes y justo en la tele dijeron que el asesino de la chica que apareció muerta en la basura, era el portero del edificio y una vecina declaraba al micrófono  que no lo podía creer, que parecía un santo el tipo, que la conocía desde los seis años...
Nos quedamos congelados, con Marita alzada en el medio de los dos, entonces la miré y sus ojos aterrorizados me decían: “¿no serás un Mangeri vos no?”
Se me aflojaron las rodillas y pensé  ¿Como te juro que no…? .

viernes, 7 de junio de 2013

La semana de la vida


Domingo naces
Lunes te alimentan
Martes te despiertas
Miércoles trabajas
Jueves te preocupas
Viernes te relajas
Sábado descansas
Domingo te despides.


El viernes de la vida

El común de la gente esperamos el viernes por ser señal de descanso, de esparcimiento.
Angustia de saber lo poco que dura porque rápidamente el domingo deviene en lunes otra vez. Nuevamente la rutina de esperar el viernes.
El viernes de la vida representa ese momento del descanso, de girar la cabeza y ver la propia semana, dura poco como un fin de semana y como tal puede disfrutarse, pero tiene una pequeña diferencia con los  anteriores y es que no habrá uno siguiente.
Hay quien niega el viernes, tratando de permanecer en un eterno jueves, tal vez creyendo que así postergará el domingo…, pero los días son inexorables y uno tras otro llegan y se van aun sin desearlos, pensarlos o saberlos.
Por eso sólo se siente que se ha vivido cuando, mal o bien, aceptamos el día en el que estamos y nos deshacemos de la espera.

martes, 30 de abril de 2013

Si pudiera pintarse el tiempo…

Si el remolino danzante
que forma el vacío en movimiento,
llevara consigo un pincel mágico
y en cada giro batiese el color al viento,
mis ojos serían, tal vez,
testigos del tiempo.

Vino el pájaro quedo
a matar al ego
con un simple picoteo.

Llegar temprano
donde nunca pasa nada
es una costumbre
vieja y absurda que no pierdo.

En tanto atrapo entre renglones,
lo que apurado y aturdido,
no se cuela del tiempo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Ay del mundo que honra a su puerta de entrada,
ay del hombre que cruza el umbral y se cree dueño del canal,
ay de la mujer que desconoce  la virtud que contiene y la contiene.


viernes, 25 de enero de 2013

lo que ganamos…
lo que perdemos…
las confesiones de amor…
las despedidas…
los encuentros…
los darse cuenta…

No sería el héroe sin la proeza,
no habría éxito sin la lucha.
La medida de la valentía
se da en la escala del miedo.
En el Campo de Marte -que es la vida-
el desafío es la constante.
Cuando el reto se hace adicto a la rutina
cae en la pereza,
en el escape,
en la displicencia,
en la negación de las oportunidades,
en una especie de muerte anticipada,
indolente… realmente triste…
Si no quieres que nada te pase
te equivocaste de puerta,
en este espacio de largo por ancho por alto,
lo invariable es el cambio…


martes, 22 de enero de 2013

EL MAR DEL CREADOR


EXTIENDO LOS BRAZOS

TE ENCUENTRO

LOS CIERRO: TE ABRAZO

Y ABRAZARTE ES DESCUBRIR MI PROPIO YO EN TI

ES PROLONGAR MI EXISTENCIA HACIA OTRO CUERPO

HACER RESONAR AMBOS LATIDOS EN UN LATIDO

EN UN UNICO Y ETERNO LATIDO

ES UN NO ROTUNDO A LA SOLEDAD

SE PIERDEN LOS LIMITES… SE DESDIBUJAN LAS DIFERENCIAS

NOS ZAMBULLIMOS EN UN AMPLIO MAR DONDE TODO ES MAS SENCILLO

UN MAR EN EL QUE TODO ES POSIBLE 

EL MAR DEL CREADOR.

jueves, 17 de enero de 2013

De quita y pon

Qué peor para un escritor que el silencio. Que la mente callada, quieta…
Espacio inevitable para la creación, sin embargo, esta vacuidad de quita y pon…
El necesario desacuerdo para impulsar el péndulo, la energía del ser no ser que genera el conflicto y con él el nuevo universo que representa la idea.
La nada bucea en la nada y se funde y confunde, movimiento de ola genera por fin y libera así su nueva expresión.

Al detenerme en el momento presente sustento esa nada y me pierdo, a veces observando mis manos, el cuadro detrás de la ventana, otras ni siquiera se qué.
Pero vuelvo, siempre vuelvo a la palabra. Las hilo como en una rueca que va tejiendo las hebras. Frases que expresan con mayor o menor fidelidad lo sentido, lo cavilado.

Maravilloso mundo, curioso mundo, sin límite alguno, más veloz que la luz, más efímero y al mismo tiempo más contundente que el cosmos mismo. Comprendo por fin cabalmente la primer ley del Kybalión "Todo es mente, el Universo es mental".

Nada, nada, entra ni sale del mundo material sin antes pasar por la espiral del pensamiento.