Vas y vienes, sentenciando despidos,
idas sin vuelta.
Tan sólo a veces rozas, amenazas y sigues…
El color de la despedida teñido de ausencia.
Tú en silencio eterno y
todos llorando, pidiendo clemencia.
Ángel del Adíos, seamos amigos…
bailemos la danza, tu danza, mi danza,
tu de tu lado, yo del mío,
y prometo no temerte, no huir,
sólo bailar contigo, hasta que el cansancio me rinda,
y mis pies pierdan el ritmo de la vida,
entonces y sólo entonces podrás llevarme,
quieta y laxa hasta tu casa…
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