lunes, 11 de abril de 2011

Si pudiera irme….

Si tan solo fuera a morirme…
Tal como dejar el vestido sobre la cama
para irme a dar una ducha.

Si tan solo soltara el prendido cuerpo
como desabrochando un par de botones grandes.

Si el color y la materia dispusieran la retirada,
como se pierden a diario,
en sombras, despacio al atardecer.

Si fuera tan sublime y sencillo como decir amor…
El adiós gestaría infinito placer
y sabor de acaramelado retorno.

Como en un viaje corto: ni lágrimas ni pañuelos,
Sólo algún afectivo abrazo y un quedo hasta luego…

1 comentario:

  1. Es difícil distinguir la sencillez de la complejidad, la desaparición y la permanencia, la aceptación de que la muerte es un elemento de purificación en el camino espiritual. Seguramente la muerte es como describes un viaje corto, en le que sol ose precisa un abrazo y un hasta luego, pero seguramente las lágrimas, el miedo y el dolor nos impiden verlo

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