miércoles, 16 de mayo de 2012

A LA PARTIDA DE LILIANA



Seguramente la vida se parece más a una sucesión de cosas que simplemente suceden, que a mi manera de fijar los detalles que considero que sobresalen, estrictamente acorde a mi tabla de valores, y  básicamente para encontrarle un sentido primordial que la convierta en un tránsito valedero, para una mente siempre cuestionadora y empecinada en la búsqueda de motivaciones meramente humanas.
Tropiezo a cada paso con la tensión de la mismísima trama actuante. Tropiezo porque quiero llevar el propio ritmo, el llamado “intento de superación”, el salto cuántico sobre la cotidianeidad.
Pero la vida tiene su propio curso, su propia traza sagrada, en la que todos los componentes interactuamos  “naturalmente” y nada escapa a su ley,  ni siquiera, estos saltamontes que damos en llamarnos humanos.



Hoy ha decidido salir del plano un Ser conocido, con la decisión propia del ego, actuando desde el mental sobre el físico y entiendo que es una de las formas que la naturaleza habilitó para la salida. También habilitó el par de lágrimas que se me llevó con su decisión y un empañado recuerdo por la tristeza. Tenía mi edad, tenía con ella parte de mi historia, o sea teníamos cosas en común y eso hace la atención y la tensión de esta mañana otoñal.
Era un espíritu torturado por quien sabe qué marasmos, de los que no pudo escapar.
Demonios propios hechos carne mental.
Pura mente,  poco corazón…
Ha descarnado, se ha separado, pero no se si podrá elevarse, espero y deseo que así sea…

No hay comentarios:

Publicar un comentario