lunes, 14 de mayo de 2012

UN LARGO, LARGO DIA



Arde la piel enrojecida.
Ra furioso esgrime sus lanzas de fuego. Certero, mortal en la estocada.
No hay manera humano, que escapes de su alcance.
Todo se convierte en el único caldo en el que se cocina la vida entera.
Todo se diluye, todo se pierde en su luminosa estela.
No hay manera humano, que te pierdas de su esfera.

La luna… la luna se hace esperar.
Su díscola forma comienza a adelgazar
¿Qué decirte luna que la humanidad no te haya dicho ya?

Ruido de zambullidas misteriosas…
sombras aletargándose por el pasto
y la noche agradable, serena, unificando todo en otoñal paisaje.

El viento se fue a dormir
Los grillos envían sus apurados mensajes.
Se entrecruzan las líneas y continúan las zambullidas.

Ahora dícese de azules metálicos y un farol de fallada redondez
alumbra un sector vacío de estrellas.
Los diamantes escaparon de la tierra y se quieren perder detrás de su brillo.
Las canas de tu nuca brillan como la luna y como la luna menguan
hacia pleno cielo.

El verano está viejo pero fuerte aún resistiendo la muerte,
en dudosos embates de frutas y hojas.
La noche lo supera
El sol ya no arde
Se fue a despertar a mi hijo en otro mundo, de su cansancio maratónico,
para que inicie otro viaje más.

El sereno humedeció el pasto y mi pelo.
Aguarda paciente las gracias.

Aquí estrena la luna función plena.
La noche se luce, los grillos también
y a mi me gana un plácido y merecido sueño…

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